
El
Caldas llegó a su destino dos horas después y la búsqueda de los náufragos
inició inmediatamente con al colaboración de las fuerzas norteamericanas en el
canal de Panamá.
Al cabo de cuatro días de búsqueda, los marinos fueron
declarados muertos, pero después de una semana, apareció en una playa al norte
de Colombia un hombre moribundo que había sobrevivido diez días en el mar sin
comer ni beber.
Este libro es la reconstrucción periodística de lo que el
sobreviviente de la tragedia le contó al autor para el periódico “El Espectador”.
Colombia estaba entonces bajo la dictadura militar del General Rojas Pinilla y
el náufrago había permanecido en intenso cuidado y recluido por dos semanas por
el Gobierno. Las únicas personas que pudieron entrevistarlo eran periodistas
del régimen y uno de la oposición que se disfrazó de médico.
En
un principio, los editores del periódico del autor no querían comprarle la
historia que ya había sido contada en fragmentos y mercantilizada de diversas
maneras, pero gracias al instinto del director, Guillermo Cano, el autor
publicó en 10 ejemplares del periódico “El Espectador” la historia de un
Náufrago, la cual fue recopilada y reeditada en los años 70’s.
El
autor tuvo varias sesiones con Luis Alejandro Velasco, quien con una excelente
destreza para narrar detalló los sucesos de su aventura en el mar y demostró la
verdad del terrible accidente: el destructor iba demasiado cargado de mercancía
de contrabando para poder maniobrar debidamente y poder regresar a rescatar a
los marinos caídos. El gobierno se enfadó mucho con dichas declaraciones pero
Luis Alejandro jamás se retractó de su historia y ello le costó ser expulsado
de la marina.
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