El
destructor se encontraba a 200 metros de su locación. Las cajas y cosas que
traían de Mobile subían revueltas a la superficie. Luis trató de sostenerse a
flote y se agarró de una caja. Por un momento, perdió la noción del tiempo y de
lo que ocurría cuando de pronto escuchó a sus compañeros en la misma situación.
Eduardo castillo, el almacenista, se agarraba del cuello de Julio Amador
Caraballo. Ramón Herrera estaba en el agua, al igual que Luis Reginfo. Luis
Alejandro nadó hacia una balsa y tras tres intentos logró subir. Intentó remar
hacia Ramón, pero la fuerte brisa estaba en su contra y Ramón desapareció en el
fondo del mar, al igual que Caraballo y Castillo.
Luis Reginfo continuaba
nadando hacia la balsa y Luis Alejandro intentó remar hacia él, pero a tan sólo
tres metros, Luis Reginfo se desesperó y se hundió en el mar.
Eran
las 12:00 en punto cuando Luis estaba en la balsa. Estaba completamente solo en
medio del mar y calculó que en dos o tres horas vendrían a rescatarlo.
Tenía
una herida profunda en la rodilla en forma de media luna que le ardía, pero
había dejado de sangrar gracias a la sal del mar. Hizo un inventario de sus
pertenencias: su reloj que funcionaba perfectamente y lo miraba cada dos o tres
minutos; sus llaves del locker en el destructor, un anillo de oro, una cadena
de la Virgen del Carmen y tres tarjetas de almacén que le dieron en Mobile
durante un paseo de compras con Mary Address.
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