Luis
Alejandro y sus compañeros llevaban ocho meses de estar en Mobile, Alabama para
reparar el destructor de la marina de guerra “Caldas”, así como para recibir
entrenamiento especial. Hacían lo que todos los marinos hacen en tierra: iban
al cine con la novia, se reunían en el
Joe Palooka donde tomaban wiskey y armaban una bronca de vez en cuando.
La
novia de Luis se llamaba Mary Address, a quien apodaban María Dirección.
Una
semana antes de regresar a Colombia, Luis y sus compañeros fueron a ver la
película “El motín del Caine”. La escena de la tempestad en el barco los
impresionó a tal grado, que Luis se llenó de miedo y malos presentimientos. Él
y su mejor amigo, Ramón Herrera, decidieron un par de noches antes de regresar
a Colombia que abandonarían la marina a pesar de haber servido 12 años.
Los
malos presentimientos y el miedo continuaron hasta el día en que partieron,
pero nadie se hubiera imaginado que ese, en efecto, sería su último viaje.
El
día que zarparon, Luis no pensaba en Mary Address, su novie en Mobile, sino en
la fuerza e incertidumbre del mar. El barco cruzaría el Golfo de México,
peligrosa ruta en esas fechas. Jaime Martínez Diago ocupaba el puesto de
teniente, fue el único oficial muerto en la catástrofe. Luis Rengifo fue su
compañero de litera, era estudioso y hablaba el inglés perfectamente. Había
estudiado en Washington y estaba recién casado de una dominicana. Cuando
se fueron a dormir el mar se sentía muy alborotado. Luis Reginfo se burló
advirtiendo que cuando él se mareara el mar también lo haría y ello desató los
malos presentimientos que Luyis Alejandro había olvidado.
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